En un desarrollo reciente que ha agitado la estabilidad en el Mar Rojo, el ejército estadounidense llevó a cabo un ataque contra misiles balísticos antibuque en Yemen, un área controlada por los hutíes. Este ataque se produce en respuesta a un incidente donde un barco de propiedad griega fue impactado por un misil en el Mar Rojo, según informes de una empresa de seguridad y dos fuentes del Ministerio de Transporte Griego.
El granelero, de bandera maltesa, navegaba de Vietnam a Israel cuando fue alcanzado, resultando en daños materiales pero sin heridos. “No hubo heridos, sólo daños materiales”, confirmó una fuente griega. A pesar del impacto, el barco continuó su curso, aunque se prevé un desvío para controles de seguridad.
Esta escalada de tensiones ha llevado a perturbaciones significativas en el transporte marítimo, con efectos inmediatos en los precios de los bienes de consumo en Europa. “El coste de los productos que llegan a Europa desde Asia será significativamente mayor”, afirmó Yuvraj Narayan, director financiero de DP World. Esta situación ha generado preocupación entre los ejecutivos y las principales potencias mundiales debido a su impacto potencial en el comercio y la economía global.
Los ataques de los hutíes, en solidaridad con los militantes palestinos de Hamas, han afectado no solo a empresas sino también a la economía en su conjunto. Los funcionarios estadounidenses, hablando bajo condición de anonimato, revelaron que el ataque estadounidense se dirigió a cuatro misiles antibuque, en un intento por mitigar futuras amenazas.
En el Foro Económico Mundial en Davos, la preocupación era palpable entre los líderes de la banca internacional. “Afectará más a las economías desarrolladas que a las economías en desarrollo”, agregó Narayan, resaltando las consecuencias desproporcionadas para las naciones europeas.
Las primas de seguro contra riesgos de guerra para envíos a través del Mar Rojo están en aumento, lo que indica un reconocimiento creciente del riesgo en la región. Empresas como Nippon Yusen y Maersk han tomado medidas preventivas, reevaluando rutas y deteniendo envíos.
En respuesta a la crisis, diplomáticos europeos han apoyado la creación de una misión naval para proteger los barcos en la región. Sin embargo, la efectividad de esta medida aún está por verse, dada la complejidad del conflicto y la participación limitada de potencias regionales como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto.
Este escenario plantea serias preocupaciones no solo para la seguridad marítima sino también para la estabilidad económica global. El aumento de los costos de transporte y los retrasos en las entregas podrían tener repercusiones duraderas, afectando desde grandes corporaciones hasta consumidores individuales.
Mientras el mundo observa, el Mar Rojo se convierte en un punto focal de tensiones geopolíticas y económicas, cuyas ondas de choque se sentirán en los mercados y hogares de todo el mundo.
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