El Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA) informó que la producción agropecuaria en México registró una caída del 2.1% en 2024, lo que equivale a una pérdida de 5.99 millones de toneladas en comparación con 2023. Este descenso marca el segundo año consecutivo de retroceso en el sector, influido por factores como el cambio climático, la inseguridad y la falta de políticas públicas que fomenten la productividad y rentabilidad.
En el sector de granos y oleaginosas, las mayores pérdidas se registraron con una disminución del 10.2%, pasando de 40.12 millones de toneladas en 2023 a 36.2 millones en 2024. El maíz, considerado el principal grano en la dieta nacional, cayó un 13.9%, al pasar de 27.5 a 23.7 millones de toneladas, una reducción de 3.8 millones de toneladas. Por su parte, el trigo sufrió una contracción del 24.1%, al pasar de 3.48 millones de toneladas en 2023 a 2.64 millones en 2024.
De acuerdo con Infoagro, este panorama ha impactado directamente en el índice de seguridad alimentaria nacional, que se ubicó por debajo del 50%, alejándose del estándar recomendado por la FAO, que oscila entre 70% y 75%.
El subsector hortofrutícola, tras más de tres décadas de crecimiento continuo, enfrentó su primer estancamiento en 2024. Este fenómeno fue atribuido a factores como la falta de inversión, la inseguridad y las sequías prolongadas.
En cuanto al sector agroindustrial, la producción disminuyó de 58.5 millones de toneladas en 2023 a 54.17 millones en 2024. En este rubro, destaca la caída en la producción de caña de azúcar debido a los efectos de la sequía. Por otro lado, aunque la producción de agave aumentó, los precios se desplomaron, al pasar de 2.50 a 3.0 pesos por kilo.
La disminución en la producción agrícola ha llevado a México a una mayor dependencia de las importaciones, alcanzando niveles récord que posicionan al país como el segundo mayor importador de alimentos a nivel global, solo por detrás de China.
Por su parte, los sectores de forrajes y pecuario mostraron incrementos moderados, aunque ambos enfrentan desafíos estructurales significativos. Juan Carlos Anaya, director general de GCMA, afirmó que «la situación subraya la necesidad de estrategias integrales que prioricen la seguridad alimentaria, la inversión, la adaptación al cambio climático y la sustentabilidad».
El cierre de 2024 deja un panorama mixto para la agricultura mexicana, con importantes retos por resolver para garantizar la estabilidad del sector agropecuario en los próximos años.
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