El municipio de Petlalcingo, que se ha destacado por su producción de jícama y caña, este año enfrenta una disminución considerable en su producción debido a la severa sequía. La mayoría de los campesinos, tradicionalmente dedicados a la siembra de estas frutas, se han visto gravemente afectados.
La falta de lluvias ha resultado en una reducción del caudal del río hasta en un 70%, un recurso crítico para el riego de las plantaciones. “El nivel del río descendió considerablemente, lo que llevó a que muchos campesinos a que no se arriesgaran a sembrar”, comentó Ignacio Aguilar, un residente del municipio. Como resultado, solo la mitad de los agricultores procedieron con la siembra.
De más de 100 productores en la región, solo el 60% ha logrado sembrar. Esto ha generado una oferta limitada de jícama y, en consecuencia, un incremento en el precio. Actualmente, el costal de jícama se encuentra en 900 pesos y se estima que su disponibilidad no durará hasta diciembre, la temporada de mayor demanda.
Aguilar también señaló que, debido a la sequía del río, el agua represada se utiliza únicamente para lavar la jícama antes de llevarla a los mercados de Acatlán y Huajuapan. Además, los productores se han enfrentado a un reto adicional: la escasez de agua ha llevado a una disminución en el tamaño de las frutas.
Roberto Rojas, productor de caña, destacó que la producción de caña también se ha visto afectada. Aunque hay más productores de caña que de jícama, la oferta de caña es mayor, especialmente en diciembre.
Los agricultores de Petlalcingo resaltan la necesidad de apoyo gubernamental para facilitar la venta de sus productos, los cuales consideran mal remunerados. Los principales puntos de venta son el centro de Petlalcingo y los mercados de Acatlán de Osorio y Huajuapan de León, Oaxaca.
Muchas personas vienen a los sembradíos de Petlalcingo, hay muchos lugares donde se puede comprar. Aquí ofrecemos precios diferentes, además de que las personas pueden disfrutar observando los campos, ya que no solo ven la siembra de caña y jícama, sino también plátanos, cilantro, calabaza y cacahuate. Mucha gente de Petlalcingo nos dedicamos a esta actividad
Irineo López, agricultor local
Respecto al tiempo de producción, se menciona que la siembra de la jícama se realiza seis meses antes de su cosecha, mientras que la caña se siembra un año antes. Este proceso de siembra es complicado y laborioso. “Antes de sembrar, mojamos la tierra para que la caña se entierre con facilidad. De un pedazo de caña pueden salir de 3 a 5 cañas, pero se tiene que buscar el lado y la forma de sembrar para lograr esto”, explicó Fermín.
Petlalcingo se enfrenta a un desafío sin precedentes que pone a prueba la resiliencia y adaptabilidad de sus agricultores, quienes luchan por mantener viva una tradición agrícola frente a las adversidades climáticas.
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