• jue. Oct 3rd, 2024

El sector primario de Tabasco, con un valor de 8,670 millones de pesos, representa el 1.2% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal. Durante 2023, se establecieron 260,211 hectáreas de cultivos en la región, produciendo 3.9 millones de toneladas de productos primarios, lo que refuerza la importancia de la agricultura en la economía tabasqueña.

Dentro de estos cultivos, la caña de azúcar ocupa un lugar destacado, con una superficie sembrada de 42,000 hectáreas y una producción valorada en 1,802 millones de pesos. Tabasco se posiciona como el séptimo productor de caña de azúcar a nivel nacional. Los municipios de Cárdenas, Huimanguillo y Cunduacán son los principales centros de producción, concentrando el 67.7%, 16.0% y 6.8% de la superficie establecida, respectivamente.

La actividad cañera en Tabasco está regulada por una ley que integra a los productores en organizaciones encargadas de proveer la materia prima a los ingenios azucareros Santa Rosalía y Presidente Benito Juárez. Estas organizaciones enfrentan desafíos significativos, como condiciones climáticas adversas, escasez de mano de obra, altos costos de producción y baja tecnificación en el campo. En la región de la Chontalpa, la zafra dura en promedio 149 días, con rendimientos de 45.6 toneladas por hectárea.

FIRA apoya al sector cañero

Para mitigar estos desafíos, los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) han trabajado de manera coordinada con organizaciones cañeras e ingenios. Durante la zafra 2023/24, FIRA, a través de sus intermediarios financieros, otorgó créditos por 127 millones de pesos, beneficiando a más de 3,000 productores.

Estos recursos se destinaron al establecimiento de plantillas, socas y resocas, gastos de cosecha, y reparación de maquinaria, con el objetivo de mejorar la productividad y eficiencia en la cadena de valor.

Tecnificación y modernización del campo cañero

En los últimos cinco años, la Agencia FIRA Cárdenas ha promovido programas para incrementar la productividad de la caña de azúcar, invirtiendo 2 millones de pesos en asesoría y capacitación para más de 1,000 productores.

Estas iniciativas han impulsado la tecnificación del campo mediante la integración de cosechadoras de última generación, drones agrícolas y el uso de biofertilizantes, así como métodos amigables con el medio ambiente para el control de plagas y enfermedades.

Este enfoque en la innovación ha comenzado a rendir frutos. La productividad en la red cañera ha mostrado resultados positivos, y se continúa trabajando para ampliar la cobertura de estos programas a más productores en la región, lo que refuerza el compromiso del sector con el desarrollo sostenible y el crecimiento económico.

De: El Economista

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