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Rusia desbanca a Arabia Saudita como principal proveedor de petróleo de China en 2023

En un notable cambio en el mercado global de energía, Rusia emergió como el principal proveedor de petróleo de China en 2023, desplazando a Arabia Saudita de su posición de liderazgo. Esta transformación se produce en un contexto marcado por sanciones occidentales y estrategias económicas complejas.  

El año pasado, Rusia exportó un récord de 107.02 millones de toneladas métricas de crudo a China, equivalente a 2.14 millones de barriles diarios. Esta cifra superó significativamente las importaciones de China desde otros grandes productores como Arabia Saudita e Irak. 

En contraste, las importaciones de Arabia Saudita disminuyeron un 1.8%, a 85.96 millones de toneladas, en un claro reflejo de cómo el petróleo ruso, ofrecido a precios más bajos, ha capturado una mayor cuota del mercado chino.  

La preferencia de China por el crudo ruso se entiende en el contexto de las sanciones occidentales impuestas a Moscú tras su invasión a Ucrania en 2022. Estas sanciones han llevado a muchos compradores internacionales a evitar el petróleo ruso, que se ha cotizado con importantes descuentos respecto a las referencias internacionales.  

En 2023, la demanda de crudo con descuento de refinerías en China e India impulsó el precio del crudo ruso ESPO, superando incluso el límite de precio de 60 dólares por barril impuesto por el G7 en diciembre de 2022. 

Esto se debe a la proliferación de alternativas en transporte y seguros que han permitido eludir las sanciones. Los cargamentos de crudo ESPO para diciembre se cotizaron con un descuento mínimo frente al Brent, el contrato de referencia en Europa.  

Paralelamente, Arabia Saudita aumentó los precios de su crudo Arab Light a partir de julio, lo que llevó a algunas refinerías a buscar alternativas más económicas. Para sostener los precios en un mercado volátil, tanto Arabia Saudita como Rusia, dos de los tres mayores productores de petróleo, anunciaron recortes en la producción y las exportaciones el año pasado.  

En un esfuerzo por navegar en un escenario complejo de sanciones, las refinerías chinas han recurrido a intermediarios para gestionar el transporte y el seguro del crudo ruso. Además, se ha observado un incremento en el uso de las aguas de Malasia como punto de transbordo para cargamentos procedentes de países sancionados como Irán y Venezuela.  

Curiosamente, a pesar de las tensiones geopolíticas entre Pekín y Washington, las importaciones de crudo de China desde Estados Unidos aumentaron un 81.1% el año pasado, en consonancia con un aumento en la producción de petróleo estadounidense.  

En total, las importaciones de crudo de China alcanzaron un récord de 563.99 millones de toneladas métricas en 2023, equivalentes a 11.28 millones de bpd. Este aumento refleja no solo cambios en las dinámicas geopolíticas, sino también en las estrategias comerciales y económicas en el complejo mundo del comercio de petróleo.

De: La Jornada

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