En un mundo donde el cambio climático se sitúa en el centro del debate global, las políticas y las inversiones se convierten en herramientas cruciales para moldear el futuro de la industria pesada. Un informe reciente de BloombergNEF destaca la urgencia de esta situación: “Es hora de que las políticas y las inversiones inteligentes estén a la altura de las circunstancias”.
Las tecnologías para descarbonizar sectores industriales difíciles, como la producción de acero, cemento y fertilizantes, ya existen. Sin embargo, su comercialización está en sus primeras fases y el apoyo político ha sido lento. Esto representa un obstáculo significativo, dado que la producción de estos materiales representa el 13% de las emisiones mundiales de CO2. Las tecnologías clave incluyen el hidrógeno verde, el amoníaco verde, la captura de carbono, la electrificación de procesos y el reciclaje.
Históricamente, las tecnologías ahora maduras como la energía solar, la eólica y los vehículos eléctricos se beneficiaron enormemente del apoyo del sector público durante décadas. Contrastando, las inversiones en la transición energética en 2022 se concentraron en estas tecnologías maduras, con solo un 3% destinado a la industria pesada.
La implementación de políticas efectivas es fundamental. Los gobiernos pueden incentivar proyectos y reducir emisiones mediante sanciones graduales. Algunas medidas incluyen el endurecimiento de los umbrales de emisiones y el aumento del reciclaje.
Los incentivos financieros también juegan un papel crucial. Los créditos fiscales, por ejemplo, han ganado popularidad, especialmente para el hidrógeno y la captura de carbono. En Estados Unidos, la Ley de Reducción de la Inflación ha introducido un mecanismo de pago recurrente vinculado a la producción de hidrógeno y la captura de carbono.
La tarificación del carbono emerge como una herramienta eficaz. Un ejemplo es el Sistema de Comercio de Derechos de Emisión de la UE, que permite que el mercado determine el precio del carbono. Europa está avanzando con medidas como el mecanismo de ajuste de la frontera del carbono y la eliminación de asignaciones gratuitas de emisiones a partir de 2026.
La combinación de tarificación del carbono con incentivos directos para las tecnologías verdes es una tendencia en aumento. Es imperativo que las políticas y las inversiones se alineen para respaldar la comercialización de tecnologías de baja emisión en la industria pesada, con el objetivo de alcanzar una economía neta cero en 2050.
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