A medida que se acerca el inicio de la zafra azucarera 2023/24 en México, las expectativas y desafíos que enfrenta la industria se hacen más evidentes. Con fechas de arranque que varían desde el 8 de noviembre de 2023 hasta el 8 de enero de 2024, los ingenios azucareros del país se preparan para una temporada de altibajos, marcada por la sequía y las dificultades en el riego.
De acuerdo al reporte emitido por el Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, los ingenios San Rafael de Pucté y Central Casasano darán el banderazo inicial el 8 de noviembre, seguidos de cerca por más de 30 ingenios en todo el país. Sin embargo, este inicio escalonado no es indicativo de una temporada sin complicaciones. Ingenios como San Miguel del Naranjo enfrentan reducciones en sus semanas de molienda debido a una severa sequía que ha mermado la producción de caña. Del mismo modo, Pánuco sufre por sexto año consecutivo los efectos de la escasez de agua, poniendo en riesgo la industrialización de unas 24,000 hectáreas.
Cifras y pronósticos del primer estimado
Las cifras del primer estimado de producción son reveladoras: se prevé industrializar una superficie de 798,286 hectáreas, de las cuales se espera obtener 46,666,070 toneladas de caña. El rendimiento de campo se estima en 58.46 toneladas por hectárea, con una producción de azúcar que alcanza las 5,188,233 toneladas. El rendimiento de fábrica se sitúa en 11.12%, mientras que el rendimiento agroindustrial es de 6.50 toneladas por hectárea.
Diversidad en la producción de azúcar
En cuanto a las calidades de azúcar, se proyecta una producción de 1,269,196 toneladas de azúcar refinado, 56,161 toneladas de azúcar blanco especial, 3,248,245 toneladas de azúcar estándar, 2,500 toneladas de azúcar mascabado y 612,131 toneladas de azúcar con pol < 99.2.
En general, la zafra 2023/24 se perfila como un periodo desafiante para la industria azucarera mexicana. Aunque las cifras del primer estimado apuntan a una producción considerable, los problemas relacionados con la sequía y la gestión del agua requieren atención urgente. Este contexto plantea la necesidad de estrategias sostenibles y eficientes para asegurar no solo la producción de este año, sino también la viabilidad a largo plazo del sector.
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