En medio de crecientes tensiones comerciales, productores de azúcar mexicanos se ven ante la posibilidad de reducir los cupos de exportación a Estados Unidos. Esta medida, sugerida por Juan Carlos Anaya, director general de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), buscaría aplacar las peticiones de la American Sugar Coalition, que el pasado 12 de marzo solicitó al Departamento de Comercio de Estados Unidos, dirigido por Gina Raimondo, una disminución del 44% en las importaciones de azúcar mexicana de aquí a septiembre.
La razón detrás de esta solicitud radica en un excedente de envíos que supera lo permitido, abriendo la puerta a posibles prácticas de triangulación del endulzante, donde las exportaciones mexicanas podrían volver al país norteamericano como importaciones.
Este escenario no solo preocupa a los productores estadounidenses sino también a los mexicanos, quienes proponen al gobierno de México, a través de la Secretaría de Economía, un ajuste en los volúmenes de exportación para evitar mayores importaciones y, por ende, una oferta reducida en el mercado nacional. “La reclamación de los azucareros es que México está aumentando las importaciones aun pagando arancel de 360 dólares por tonelada”, explica Anaya, evidenciando la complejidad del asunto que no solo afecta a las dinámicas comerciales sino también al bolsillo del consumidor final.
La situación se agrava con la disminución prevista en la producción de azúcar en México para el ciclo 2023-2024, estimada en 4.6 millones de toneladas, un 12% menos que el ciclo anterior, según datos de GCMA. Esta reducción se atribuye a la caída de la producción nacional exacerbada por los efectos de la sequía, dejando un excedente de solo 750 mil toneladas disponible para la exportación, lo cual representa un descenso del 44.7% en comparación con el periodo 2022-2023.
El decremento en la oferta de azúcar no solo presiona al mercado estadounidense sino que repercute en México, donde los consumidores enfrentan precios más elevados debido a la menor disponibilidad del producto. “Los resultados del avance de la zafra siguen siendo decepcionantes, además es notorio que las plantas no se han renovado y año con año se ven más mermadas reflejándose en menores rendimientos”, señala el reporte de GCMA, que ajustó su estimación de producción a la baja, de 4.74 millones de toneladas a 4.6 millones, ante el incumplimiento de las expectativas de algunos ingenios.
Este panorama subraya la delicada balanza que deben manejar tanto productores como autoridades para evitar una escalada en las tensiones comerciales, al tiempo que se busca preservar la estabilidad de los mercados interno y externo, asegurando el equilibrio entre la oferta y la demanda en un contexto marcado por la incertidumbre climática y los retos operativos del sector azucarero.
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