Veracruz se erige como uno de los baluartes agrícolas de México, abasteciendo a mercados nacionales e internacionales con sus productos. Sin embargo, tras el brillo de esta producción se esconde un desafío: el uso intensivo de agroquímicos.
Las autoridades estatales en materia agrícola están plenamente conscientes del colosal desafío que representa modificar las prácticas agrícolas actuales y reducir la dependencia de insumos químicos.
Nos enseñaron a hacer agricultura fuera del proceso agrícola como tal. Querías sembrar, cómprale al híbrido; querías fertilizar, compra el sulfato de amonio o lo que sea, el fertilizante que fuera. Tienes una plaga, compra el plaguicida que vale 800 pesos
Evaristo Ovando Ramírez, titular de la Sedarpa.
Pero el panorama comienza a cambiar en el horizonte veracruzano. Según datos de la dependencia estatal, ya son aproximadamente 29 mil productores en la región que han decidido dar un giro hacia la sostenibilidad. Estos agricultores, que abarcan cultivos tan variados como hortalizas, maíz, caña de azúcar, café y cítricos, están transitando hacia prácticas más ecológicas en cerca de 160 mil hectáreas de tierra. Estas áreas no solo reducen el impacto ambiental, sino que también representan una inversión económica más baja.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, las autoridades son conscientes de que aún queda un largo camino por recorrer. Se necesita un mayor compromiso en el campo, con agricultores dispuestos a apostar firmemente por fertilizantes y tratamientos naturales, evitando la contaminación del suelo y los recursos acuíferos vitales.