En el centro del ring, el político Samuel García; en el otro rincón, el gigante industrial Petróleos Mexicanos (Pemex) y su refinería en Cadereyta. El Gobierno de Nuevo León ha lanzado un golpe contundente al clausurar estas instalaciones, acusándolas de ser las culpables de la desastrosa calidad del aire que envuelve a Monterrey.
¿Qué tan grave es la contaminación en la Zona Metropolitana de Monterrey? Esta semana, la Secretaría de Medio Ambiente ha dado un duro golpe al declarar la tercera alerta ambiental debido a las alarmantes concentraciones de partículas PM10. Estas partículas, una amalgama de sustancias nocivas, amenazan con desencadenar enfermedades cardiovasculares y respiratorias entre la población.
Las autoridades de Nuevo León apuntan directamente a la refinería de Pemex en Cadereyta como la principal responsable de esta crisis ambiental. ¿Qué revelan los datos respaldados por la administración estatal?
Según datos proporcionados por la Secretaría de Medio Ambiente, la instalación de Pemex en Nuevo León es señalada como la fuente responsable de hasta un asombroso 90 por ciento del dióxido de azufre que se dispersa en la Zona Metropolitana de Monterrey.
En una conferencia realizada el viernes pasado, Alfonso Martínez Muñoz, titular de la dependencia, mostró imágenes que, según afirmó, retratan las emisiones emanadas por la refinería de Cadereyta durante su funcionamiento, las cuales se sedimentan en la capital de Nuevo León.
En el sitio se detectaron emisiones ostensibles de contaminación atmosférica de una de las chimeneas, motivo por el cual con fundamento en el artículo 230 de la Ley Ambiental del Estado de Nuevo León, así como a los principios pro-persona, pro-natura y precautorio, se dictó una suspensión temporal parcial para suspender los equipos que estaban generando las emisiones contaminantes
Declaró el informe emitido por las autoridades ambientales.
En marzo de 2023, el gobernador Samuel García señaló directamente a la refinería como la causa de los “malos olores” percibidos en seis municipios de la Zona Metropolitana de Monterrey.
“Todas las noches la grabamos y sabemos perfectamente qué calderas son las que más toxinas emiten y justo notamos que se prendieron unas nuevas, más pequeñas”, comentó García a los medios de comunicación.
La situación se enmaraña aún más cuando ni siquiera las autoridades pueden obtener una respuesta clara. Alfonso Martínez Muñoz, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, detalló que el viernes 1 de marzo, el personal de inspección se presentó en la refinería respaldados por una orden judicial, pero se les negó la entrada.
Les explicamos también que estábamos nosotros atendiendo a la resolución de una jueza, nos dijeron que quitáramos la clausura, les dijimos que sí, pero que nos dejaran entrar a hacer la inspección y no hubo acuerdo
No se ha esclarecido si el personal de la refinería detuvo sus operaciones tras la clausura. Hasta el momento, Petróleos Mexicanos no ha hecho ninguna declaración al respecto.
La refinería de Cadereyta, cuyo nombre es Ingeniero Héctor Rafael Ramos Sosa, es una de las seis instalaciones que el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a rehabilitar para asegurar la autosuficiencia energética de México. A este grupo se sumará la refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, la cual comenzará a producir gasolinas la próxima semana, según afirmó Octavio Romero Oropeza, director de Pemex.
Por otro lado, el presidente López Obrador ha defendido la refinería de Cadereyta, asegurando que cumple con todas las regulaciones ambientales y no es responsable de la contaminación en Monterrey.
“La contaminación más bien tiene que ver con que hay muchas empresas y ahora es fácil echarle la culpa a la refinería, pero no contamina”, declaró durante la conferencia matutina el pasado 8 de febrero.
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