México, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, ratificó su compromiso de colaborar en la creación de estrategias y proyectos de cooperación técnica entre las instituciones públicas de comercialización y las cadenas de abasto de alimentos en América Latina y el Caribe. Este esfuerzo busca consolidar la sostenibilidad y eficiencia en los sistemas agroalimentarios de la región.
Durante la administración actual, se han retomado las tareas estadísticas y de análisis integral de los sectores público, privado y social, así como la industrialización de productos agropecuarios. Estos estudios, explicó Arturo Puente González, coordinador general de Inteligencia de Mercados Agroalimentarios (CGIMA), apoyan la toma de decisiones y contribuyen a la formulación de políticas públicas y la negociación de presupuestos.
En su participación en la IX Reunión de la Red Regional de Sistemas Públicos de Abastecimiento y Comercialización de Alimentos (SPAA), Puente González destacó que, dentro de la Secretaría de Agricultura, se ha consolidado una base de datos robusta sobre aspectos macroeconómicos, microeconómicos y de comercio exterior, con especial énfasis en la transmisión de precios a lo largo de las cadenas de valor. Este sistema se ha convertido en un referente nacional e internacional para el sector primario de México, que representa $88,000 millones de dólares en valor de producción, $31,000 millones en consumo intermedio, $57,000 millones en valor agregado y tres millones de empleos remunerados.
El CGIMA genera reportes y análisis periódicos, incluyendo informes semanales, mensuales, trimestrales, semestrales y anuales, sobre temas clave del sector agroalimentario. Entre los avances, destaca la actualización de la base de datos de almacenamiento, que abarca aproximadamente 2,900 centros de acopio con una capacidad total de 40 millones de toneladas. Este proceso permitirá un mejor control de los inventarios de granos básicos, así como un monitoreo más preciso de los precios de comercialización, alertando sobre posibles riesgos de desabasto o prácticas especulativas.
Puente González también explicó que en cada ciclo agrícola (Otoño-Invierno y Primavera-Verano), se elaboran bases de comercialización que sirven como referencia para la determinación de precios internos, así como los costos de producción de granos y oleaginosas, como maíz blanco y amarillo, trigo, frijol, soya y sorgo. Estos análisis facilitan la negociación entre productores, comercializadores e industriales, y permiten la definición de los apoyos gubernamentales necesarios, evaluando el impacto de la política pública en la producción agropecuaria.
Refuerzan almacenamiento de granos básicos
La Secretaría de Agricultura también presentó avances en el fortalecimiento de la capacidad de almacenamiento de granos básicos, en particular maíz, con el objetivo de conformar reservas estratégicas que garanticen el abasto a poblaciones vulnerables ante posibles crisis socioeconómicas o climáticas. Este esfuerzo es parte de una estrategia más amplia para desarrollar un Sistema Alimentario Integrado que haga a México más resiliente en situaciones adversas.
En el marco de la IX Reunión de la SPAA, celebrada en Brasilia, del 21 al 23 de agosto, México participó junto a países como Brasil, Bolivia, Chile, Colombia y otros de la región. La Red SPAA promueve el diálogo y el intercambio de experiencias entre instituciones públicas vinculadas al abastecimiento de alimentos, con el objetivo de fortalecer las capacidades de sus miembros y desarrollar estrategias conjuntas para enfrentar los desafíos agroalimentarios.
Las instituciones de la Red SPAA buscan, además, promover políticas públicas que apoyen a la agricultura familiar, mejoren el acceso a alimentos saludables y reduzcan las desigualdades, con un enfoque especial en los grupos más vulnerables de la población.
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