Tal como los autos eléctricos y los materiales ecológicos para los habitáculos, los biocombustibles comienzan a ponerse de moda en tiempos donde los fabricantes están obligados a reducir considerablemente su huella de carbono.
Así tras la noticia de que Porsche inició la construcción en Chile de su primera fábrica de e-fuels, hoy otro fabricante se apunta en este cometido. Eso sí, no se trata de una marca de autos, sino del gigante tecnológico LG, quien ha confirmado que fabricará un biocombustible a gran escala en Corea a partir de 2024.
Se trata de HVO (Hydrogenated Vegetable Oil) y es un combustible alternativo al diésel tradicional. Fabricado con aceite usado de cocina y de pescado y residuos de grasas animales, su principal ventaja es que produce menos emisiones de NOx, óxidos de nitrógeno y partículas.
Gracias a su resistencia a la congelación, facilita el arranque de los motores diésel a muy bajas temperaturas, por lo que también permite su uso en aviones. Según sus creadores, se trata de un combustible de segunda generación, con características y prestaciones muy superior a los biocombustibles actuales y tecnológicamente avanzado.
Otra ventaja de este combustible radica en que no es necesario efectuar ningún ajuste en el motor y se puede incluso mezclar con los actuales.
Se espera que la demanda del mercado mundial de HVO crezca de seis millones de toneladas en 2020 a 30 millones en 2025, con una tasa de crecimiento anual promedio de más del 40%.