El impulso hacia una descarbonización profunda está catalizando el avance del hidrógeno limpio (H2), con los gobiernos a la vanguardia, comprometiendo una suma robusta de más de 300,000 millones de dólares para fomentar esta transición energética. Desde el 2020, los envíos de electrolizadores, máquinas cruciales para la producción de H2, han duplicado su volumen anualmente, y se proyecta que esta tendencia se sostenga hasta el 2024. Sin embargo, el panorama presenta una dicotomía: mientras la oferta de H2 se eleva, la demanda aún titubea.
En este escenario, los productores de H2 se encuentran en una encrucijada, necesitan compradores. Para equilibrar la balanza oferta-demanda, los incentivos jugarán un papel crucial.
Un desglose más detallado del financiamiento revela que los fondos públicos destinados al H2 limpio alcanzan los 308,000 millones de dólares, siendo Estados Unidos y Europa los principales propulsores. No obstante, la mayoría de estos fondos están orientados a apoyar a los productores de hidrógeno limpio, dejando en segundo plano a los usuarios. Una dinámica que, según expertos, deberá ser revisada si se desea alcanzar las metas gubernamentales respecto a la demanda de hidrógeno.
Además, ya se vislumbran esfuerzos para estimular la adopción del H2. La Unión Europea ha establecido cuotas para el uso de H2 renovable en sectores industriales y de transporte, mientras que Alemania avanza con contratos de carbono por diferencia y proyecta la construcción de centrales eléctricas alimentadas por H2 o derivados. Además, Estados Unidos no se queda atrás, con un plan ambicioso de 1,000 millones de dólares destinados a fortalecer la demanda de H2 limpio.
La ola de proyectos de H2 limpio ha tomado un impulso notable. Desde enero, el número de estos se ha triplicado, alcanzando una capacidad de 174 millones de toneladas métricas al año, acercándose al volumen proyectado para 2040 en un escenario de emisiones netas cero, según el BNEF.
El ritmo de construcción de proyectos de H2 verde es exponencial. Se espera que para el 2023, los proveedores de equipos puedan suministrar entre 1.7 y 2.1 GW de electrolizadores, duplicando la cifra del año previo. Por otro lado, los proyectos de H2 azul enfrentan un desarrollo más lento debido a su envergadura y complejidad tecnológica.
Aunque la oferta de H2 limpio sobrepasa ampliamente la demanda, se están identificando núcleos de demanda en áreas como el refino de petróleo, la siderurgia y el transporte marítimo, particularmente en Europa donde los incentivos para adoptar tecnologías limpias son más acentuados.
En el horizonte, se perfilan casi 10,000 km de gasoductos de H2, lo que representa el 1% de la longitud total de los gasoductos de gas natural a nivel global. De estos, el 80% se localiza en Europa, y algunos ya están en la fase inicial de construcción, marcando así un hito en la infraestructura necesaria para una economía de hidrógeno más verde y sostenible.
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