El fenómeno de El Niño se erige como uno de los eventos climáticos más impactantes de la historia, según los informes más recientes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Tras seis meses de continuo fortalecimiento, las temperaturas de la superficie del mar (SST) en todas las regiones de monitoreo de El Niño han superado significativamente las normas. La región Niño 3.4, crucial para diagnosticar el ENSO, ha registrado una anomalía de +2°C, situando el evento en la categoría de El Niño fuerte.
No obstante, las observaciones indican que El Niño no experimentará una intensificación considerable. Las anomalías se mantendrán en torno a +2°C, descartando así la posibilidad de que este fenómeno alcance la categoría de “Súper El Niño”. Aunque no ostentará ese título, se proyecta que se ubique entre los cinco eventos más poderosos, junto con los acontecidos en 1972/73, 1982/83, 1997/98 y 2015/16, según la NOAA.
Desplazamiento del calentamiento y perspectivas de debilitamiento
Un aspecto intrigante es el cambio en la región de máxima anomalía de la Temperatura de la Superficie del Mar (TSM) a lo largo de los meses. Inicialmente, la región Niño 1+2, cerca de la costa de América del Sur, experimentó un calentamiento rápido, alcanzando +3,5°C. Desde septiembre, esta región ha experimentado un debilitamiento, mientras otras áreas continuaron calentándose. Este desplazamiento sugiere una transformación en la apariencia del fenómeno con el tiempo.
A pesar de que las temperaturas más cálidas persisten en el Pacífico Tropical hasta los 100 metros de profundidad, una burbuja de aguas más frías en la porción occidental ha ganado fuerza desde finales de noviembre. La tendencia indica que esta burbuja se mezclará con las aguas más cálidas en la porción central y oriental, debilitando las anomalías positivas de la TSM en las próximas semanas. Como resultado, los pronósticos apuntan a un debilitamiento de El Niño, con alta probabilidad de que el evento concluya en abril de 2024.
Impacto Global: El Niño y Otros Patrones Oceánicos
Además de El Niño, otros patrones oceánicos como el Dipolo del Océano Índico y el calentamiento del Atlántico Norte han influenciado las condiciones climáticas globales. Aunque el Dipolo del Océano Índico se debilita y se espera que retorne a la fase neutral a principios de 2024, el calentamiento del Atlántico Norte ha contribuido a una temporada de huracanes más activa de lo normal y ha afectado las lluvias en el norte de Brasil, exacerbando las condiciones de sequía en la región amazónica.
Perspectivas Futuras: ¿La Niña en el Horizonte?
A medida que El Niño pierde fuerza en los próximos meses, las probabilidades de transición a una fase neutral del ENSO aumentan, según los pronósticos probabilísticos de la NOAA. Se espera que las anomalías positivas de la TSM persistan hasta febrero, marzo y abril de 2024, seguidas por un debilitamiento más intenso en la porción oriental hacia el oeste, marcando la transición a la fase neutral de ENOS.
Aunque es prematuro afirmar con certeza, existe la posibilidad de que La Niña se forme el próximo año. En el pasado, ha habido casos en los que La Niña se ha desarrollado después de un fuerte El Niño. Las condiciones climáticas globales seguirán siendo influenciadas por el Atlántico Norte, que se espera que permanezca más cálido de lo normal hasta el primer trimestre de 2024.
Te puede interesar:
Balance de azúcar revela drásticas disminuciones y alarmantes aumentos en el mercado
La zafra 2023/24 muestra tendencias inesperadas y desafíos clave
México desperdicia la oportunidad de ser líder en la transición hacia energías renovables