En un reciente informe emitido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se destaca una tendencia descendente en el índice mundial de precios de alimentos, marcando el séptimo mes consecutivo de caída. En febrero, el índice promedió 117.3 puntos, evidenciando una disminución respecto a los 118.2 puntos del mes anterior, lo que representa la lectura más baja desde febrero de 2021.
Esta reducción en los precios globales se atribuye principalmente al significativo descenso en los valores de los principales cereales, que cayeron un 5% en comparación mensual y se situaron un 22.3% por debajo del nivel registrado hace un año. Factores determinantes de esta caída incluyen las expectativas de grandes cosechas de maíz en Sudamérica y los precios competitivos ofrecidos por Ucrania, que han ejercido una presión a la baja sobre el mercado global.
Contrariamente, los precios del azúcar experimentaron un aumento del 3.2% en febrero, impulsados por preocupaciones acerca de la producción en Brasil, el mayor productor mundial, junto con previsiones de disminución en Tailandia y la India. Esta subida en los precios del azúcar contrasta con la tendencia general de disminución en los precios de los alimentos.
El índice de precios de los aceites vegetales también registró una disminución, bajando 1.3% en febrero en comparación con enero y situándose un 11% por debajo de los niveles de hace un año. La caída se atribuye a las expectativas de abundantes suministros en Sudamérica, junto con la disminución en los precios del aceite de colza y girasol debido a un incremento en las exportaciones.
En un informe separado sobre la oferta y la demanda de cereales, el organismo elevó su estimación de producción para 2023 en un 1.1% respecto al año anterior, hasta 2,840 millones de toneladas métricas, gracias al aumento de la oferta de maíz en Brasil, China y Estados Unidos. Además, para 2024, se proyecta que la producción de trigo alcance las 797 millones de toneladas, un 1% más que el año anterior, favorecida por condiciones climáticas propicias en Norteamérica, Rusia, China, India, Irán, Pakistán y Turquía.
Este contexto ofrece una visión detallada del estado actual del mercado global de alimentos, subrayando las fluctuaciones en los precios de diferentes productos básicos y las proyecciones de producción agrícola para los próximos años. La continua vigilancia de estos indicadores es crucial para entender las dinámicas del mercado y anticipar posibles cambios en el acceso a los alimentos a nivel mundial.
De: El economista
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