En el panorama actual de la generación de energía, la solar fotovoltaica y la eólica han tomado la delantera, constituyendo aproximadamente el 80% de la nueva capacidad mundial en 2023. Según Andrew Blakers, catedrático de Ingenierías de la Universidad Nacional de Australia, en un artículo para Renew Economy, “la nueva capacidad solar se está instalando más rápido que cualquier otra cosa en la historia”. Esta afirmación subraya un cambio monumental en la preferencia energética global hacia fuentes más sostenibles.
A una escala impresionante, la capacidad solar instalada global ha superado los 1,4 teravatios, un aumento diez veces mayor en solo una década, y sigue duplicándose cada tres años. En una sucesión reveladora, la capacidad solar mundial ha eclipsado a la nuclear en 2017, a la eólica en 2022, y más recientemente a la hidráulica en 2023.
Un crecimiento imparable: El futuro de la energía solar
El crecimiento anual del 20% en la capacidad solar, anticipa que superará al gas fósil en 2024 y al carbón en 2025. Blakers proyecta que la energía solar alcanzará casi 9 teravatios para 2031, momento en el cual la generación solar superará a todas las otras formas combinadas.
Este ascenso contrasta marcada y significativamente con la generación nuclear, cuya capacidad y producción anual han permanecido estancadas durante los últimos doce años, lo que Blakers considera un fracaso dentro del mercado energético global.
Demanda en aumento y el declive de las energías convencionales
“El rápido crecimiento de la capacidad de generación solar y eólica apunta a su futuro dominio de la generación de energía porque el crecimiento de la demanda mundial de electricidad se está cubriendo efectivamente con estas energías, y no con energía fósil o nuclear”, afirma Blakers. Este incremento en la demanda es impulsado por el aumento de la riqueza, la población y la “electrificación de todo”, lo que está remodelando el paisaje energético global.
Mientras tanto, las cadenas de suministro y las actividades de construcción para otras tecnologías de generación son ahora mucho menores en comparación con la solar y la eólica. Blakers concluye que para que otras tecnologías de bajas emisiones, como la nuclear o la de captura y almacenamiento de carbono, puedan competir con la solar antes de completar la descarbonización global, necesitan tasas de crecimiento exponenciales desde bases de construcción mucho más pequeñas.
De: El Periódico de la energía
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