Esta semana, funcionarios comerciales de Estados Unidos podrían anunciar nuevos aranceles sobre los paneles solares procedentes de cuatro países del sudeste asiático, a raíz de que los fabricantes estadounidenses alegan que se están utilizando subsidios injustos que afectan la competitividad de sus productos. El anuncio, programado para este martes, marca la primera de dos decisiones preliminares que el Departamento de Comercio tomará este año en un caso presentado por Hanwha Qcells de Corea del Sur y First Solar, con sede en Arizona, entre otras empresas del sector.
Los productores nacionales de energía solar argumentan que las importaciones de paneles baratos, provenientes de empresas chinas que operan en Malasia, Vietnam, Tailandia y Camboya, representan una amenaza directa para las inversiones en fabricación solar en Estados Unidos, estimadas en miles de millones de dólares. Además, consideran que este tipo de competencia pone en riesgo el objetivo de la administración de Joe Biden de fortalecer la industria nacional de energías limpias para combatir el cambio climático.
“Esperan que estos casos contribuyan a nivelar el campo de juego”, declaró Tim Brightbill, abogado que representa a este grupo de fabricantes.
Este caso revisará, por primera vez, el impacto de los subsidios transfronterizos, es decir, aquellos que concede el gobierno chino a fabricantes que operan en otros países como Vietnam. Hasta este año, los derechos compensatorios por este tipo de subsidios estaban prohibidos, pero el Departamento de Comercio implementó una norma que permite su aplicación.
En abril, el Comité Comercial de la Alianza Estadounidense para la Fabricación de Energía Solar, liderado por Hanwha, presentó una petición en la que afirma que los fabricantes chinos en los países del sudeste asiático reciben beneficios como financiamiento barato, electricidad, terrenos a bajo costo y exenciones fiscales por parte de sus gobiernos locales. También acusaron que estos fabricantes reciben subsidios de China bajo su Iniciativa del Cinturón y la Ruta, que incluyen materias primas y componentes a precios reducidos.
En noviembre, el Departamento de Comercio tomará una decisión preliminar sobre un caso antidumping relacionado. Aunque los derechos compensatorios suelen ser menores que los antidumping, ambos buscan equilibrar el mercado al impedir que los productores extranjeros vendan por debajo del costo en Estados Unidos.
Actualmente, Estados Unidos ya impone varios aranceles sobre las importaciones de paneles solares. Sin embargo, no todas las empresas del sector apoyan la imposición de más tarifas. Las fábricas que ensamblan paneles en Estados Unidos dependen de las células solares de bajo costo que provienen de Asia para continuar con sus operaciones. Muchas de estas plantas están vinculadas a grandes empresas chinas, lo que genera tensiones dentro de la industria solar estadounidense.
Los desarrolladores de proyectos solares también expresan su preocupación, argumentando que estos nuevos aranceles podrían aumentar los costos de los paneles solares, que ya son más elevados en Estados Unidos que en otros países. “Imponer aranceles a las importaciones de células solares, cuando actualmente no hay producción nacional de estas células, sólo beneficiará a los fabricantes actuales y limitará la capacidad de Estados Unidos para construir una cadena de suministro solar propia, que sea capaz de satisfacer la creciente demanda de energía limpia y asequible”, explicó Jim Murphy, presidente de Invenergy, una empresa desarrolladora de proyectos con sede en Chicago.
De: Reuters
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