Un grupo de investigadores brasileños y europeos ha logrado la formulación de la primera melaza sintética con una composición totalmente conocida y reproducible, según un estudio financiado por la FAPESP y publicado en la revista Scientific Reports. Esta innovación representa un importante avance para la industria y la ciencia, ya que la variabilidad en la composición de las melazas naturales ha sido hasta ahora un obstáculo en diversos campos, incluyendo la producción de etanol.
La melaza, derivada de la caña de azúcar, se utiliza en varios procesos industriales, uno de los cuales es la producción de etanol mediante la fermentación llevada a cabo por la levadura Saccharomyces cerevisiae. Sin embargo, la composición variable y no totalmente conocida de las melazas naturales ha representado un desafío tanto para la investigación científica como para la industria.
El principal objetivo del equipo, liderado por Thiago Basso, docente de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (Poli-USP), era desarrollar una fórmula que permitiera cultivar levaduras con un comportamiento similar al observado cuando se cultiva en una melaza industrial real. “La idea era llevar al laboratorio el proceso industrial de la producción de etanol reproduciendo las características de la melaza de caña como medio de cultivo de la levadura, de manera tal que pudiesen determinarse todos sus componentes y sus cantidades”, explica Basso.
La melaza sintética resultante es un medio de cultivo estandarizado que puede ser utilizado por científicos de todo el mundo para cultivar microorganismos en sus investigaciones. Además, la formulación permite comparar los resultados obtenidos en diferentes laboratorios con mayor facilidad, un aspecto crucial para la ciencia, señaló Kevy Eliodorio, uno de los coautores del estudio.
La metodología empleada por los investigadores se basó en una combinación de datos reportados en la literatura y trabajos anteriores de Basso, quien ya había trabajado en la formulación de una melaza sintética, aunque sin una composición totalmente definida. Los ajustes sistemáticos realizados mediante la aplicación de datos de muestras reales y literatura, permitieron llegar a una composición que reprodujo el comportamiento de la levadura de manera análoga al observado con melazas reales.
La melaza sintética brinda la flexibilidad de ajustar las proporciones de los diferentes grupos nutricionales, lo que según los investigadores, facilita el estudio de la influencia de cada componente en el proceso de fermentación. “Esta es una ventaja que se ha obtenido en este trabajo. La posibilidad de ajuste de los componentes puede hacer posible entre otras cosas el estudio del efecto que causan los inhibidores del crecimiento y diferentes componentes nutricionales”, destaca Basso.
Con este logro, los científicos creen que han allanado el camino para el desarrollo de nuevos bioprocesos basados en el uso de la melaza de caña de azúcar. “Creemos que la melaza sintética desarrollada en el marco de este trabajo allanará el camino para que investigadores de diversas partes del mundo puedan desarrollar nuevos bioprocesos basados en el uso de la melaza de caña de azúcar, una de las materias primas más importantes en la biotecnología industrial”, añade Basso.