En una reciente manifestación de flexibilidad regulatoria, el gobierno mexicano, bajo la coordinación de diversas secretarías como la de Agricultura (Sader), Medio Ambiente (Semarnat), Economía (SE), y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ha decidido posponer la prohibición del glifosato. Esta acción ha sido recibida con aplausos por la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), que ve en esta medida una oportunidad dorada para impulsar la productividad agrícola en México, garantizando al mismo tiempo la protección de la salud pública.
La decisión de aplazar la prohibición de este controvertido herbicida responde a la falta de alternativas igualmente eficientes y económicas, según han reconocido las autoridades. La UMFFAAC ha expresado su total disposición para colaborar con el gobierno en la investigación y desarrollo de productos agroquímicos que no solo sean eficaces sino también seguros para el medio ambiente y la salud humana.
Reconociendo la importancia crucial del glifosato en la agricultura moderna, la UMFFAAC ha elaborado un decálogo que destaca los beneficios de este herbicida, enfatizando su seguridad cuando se usa conforme a las indicaciones del etiquetado, su eficacia sistémica post-emergente, su accesibilidad económica, y su baja toxicidad, entre otros puntos. Argumentan que el glifosato es indispensable para el manejo eficiente de las malezas sin afectar los cultivos, destacando su no volatilidad y mínima filtración en el suelo.
A nivel internacional, el uso de glifosato ha sido validado por prestigiosas agencias. En noviembre de 2023, la Unión Europea extendió la aprobación del herbicida por una década más, respaldada por evaluaciones rigurosas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA).
De manera similar, la Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos (EPA) ha concluido que el glifosato no presenta riesgos significativos para la salud humana cuando se usa según las indicaciones y no se considera carcinógeno.
Estas evaluaciones se alinean con las realizadas por otras autoridades internacionales, como la Agencia Reguladora de Manejo de Plagas del Ministerio de Salud de Canadá, la Autoridad Australiana de Pesticidas y Medicamentos Veterinarios, y la Reunión Conjunta FAO/OMS sobre Residuos de Plaguicidas.
Con este movimiento estratégico, México se alinea con las naciones que cuentan con los sistemas agrícolas más avanzados del planeta, reiterando su compromiso con un desarrollo agrícola equitativo, justo, y sostenible. Esta decisión marca el fin de un periodo de incertidumbre y abre un nuevo capítulo de colaboración entre el gobierno, la industria agroquímica, y los agricultores para encontrar soluciones innovadoras que garanticen la productividad agrícola y la protección del medio ambiente y la salud pública.
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