La industria azucarera de Cuba, antaño motor económico del país, enfrenta hoy una realidad sombría. Este diciembre, solo 25 ingenios participarán en la zafra azucarera, una cifra dramáticamente reducida desde los tiempos de esplendor de la industria. Según fuentes oficiales aspiran a una producción de 350.000 toneladas métricas de azúcar, un objetivo modesto en comparación con los logros pasados.
El declive de esta industria es palpable desde la década de 1990, cuando se inició el desmantelamiento de unas 100 centrales azucareras. Esta reducción ha tenido un profundo impacto social y económico, evidenciado en la pérdida de aproximadamente 100 mil empleos.
Vladimir Ríos Cruz, ex maquinista de una locomotora en el central Uruguay, uno de los más grandes del país, ubicado en Jatibonico, Sancti Spíritus, recuerda los días de gloria:
Yo trabajaba en la central de Jatibonico… son mucha la gente que vivía de los centrales, y entonces yo no sé cómo se le ocurrió a este caballero destruir las centrales, y ya lo que queda es tristeza, es recuerdo, han destruido un país, han destruido la idiosincrasia
El economista, Elías Amor Bravo, señala que la decisión tomada por Fidel Castro durante el 21 de octubre de 2002, de cerrar el 70 por ciento de las centrales, fue un error crucial. Esta acción redujo la capacidad de producción en un 50 por ciento y transformó un 60 por ciento de las tierras de caña en otros cultivos. “En este momento el azúcar en Europa está a los precios más altos de los últimos 10 años, si Cuba produjera 5 o 6 millones de toneladas, estaría obteniendo unos ingresos en millones de dólares espectaculares”, advierte Bravo.
Daniel Alfaro Frías, usufructuario en San Antonio de los Baños, en Artemisa, describe el estado actual de los cañaverales: “Es criminal, la maleza compite con la caña, una caña sin atención es imposible que crezca, esa caña tiene ya seis u ocho meses de sembrada”. La crisis económica y la falta de liquidez han reducido drásticamente el acceso a fertilizantes y combustibles, esenciales para el cultivo de caña. Esteban Ajete Abascal, campesino de Pinar del Río, rememora: “La caña lleva abonos, lleva fumigaciones a gran escala, que antes se hacían con la aviación, ya nada de eso se hace”.
En 1970, Cuba alcanzó una producción récord de ocho millones de toneladas de azúcar. Hoy, la economista Martha Beatriz Roque Cabello, subraya una ironía amarga: “Es una cosa increíble que un país azucarero que tenía el eslogan ‘Sin azúcar no hay país’, y ahora se ha cumplido eso… No hay azúcar, no hay país. Estos comunistas lo único que quieren es construir hoteles para traer turismo para poderse llenar los bolsillos de dinero”.
También te puede interesar:
Zafra 2023-2024 en México: Retos climáticos y avances tecnológicos marcan el sector
Crisis en Morelos: Productores bloquean ingenio de Casasano ante bajo nivel de karbe
Unidad en el sector cañero: Resistencia firme contra cambios a Ley de Desarrollo Sustentable