En una actualización reciente del estado de las presas de riego en México, el panorama revela cambios significativos en la disponibilidad de agua para la agricultura, un recurso vital para el sustento de la nación. El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) informa que, al día de hoy, las presas de almacenamiento agrícola del país registran un volumen total de treinta y cinco mil ochocientos veintiséis punto siete hectómetros cúbicos (35,826.7 hm³).
Dicha cifra representa una disminución de ochocientos siete punto ocho hectómetros cúbicos (807.8 hm³) en comparación con los datos de la decena anterior y una reducción considerable de catorce mil doscientos cincuenta y uno punto cuatro hectómetros cúbicos (14,251.4 hm³) frente al mismo periodo del año 2023.
De acuerdo al informe, la distribución geográfica del almacenamiento muestra contrastes notables. La región sur-sureste lidera con un alentador cuarenta y tres punto dos por ciento (43.2%) del total de su capacidad de almacenamiento, mientras que el noreste enfrenta los retos más grandes, con apenas un quince punto tres por ciento (15.3%).
Del total de presas analizadas, sesenta reportan niveles superiores al cincuenta por ciento (50%) de su capacidad. Cuarenta y tres se encuentran en una situación intermedia, con niveles de almacenamiento entre el veinte y el cincuenta por ciento (20-50%), y treinta y cinco presas muestran los niveles más críticos, con menos del veinte por ciento (<20%) de su capacidad total.
Entre los casos más destacados, las presas La Vega, en Jalisco, y La Calera, en Guerrero, emergen como ejemplos de eficiencia en gestión hídrica, alcanzando casi el cien por ciento de su capacidad de almacenamiento. En contraste, las presas Ignacio R. Alatorre y Abelardo Rodríguez Luján, ambas en Sonora, registran los niveles más bajos, con menos del quince por ciento (<15%) de su capacidad, manteniéndose así consistentemente por debajo del cincuenta por ciento (50%) en los últimos cinco años.
En una nota positiva, la presa Zicuirán, en Michoacán, ha visto un incremento en su almacenamiento, pasando de un setenta y dos por ciento (72%) en 2023 a un setenta y siete por ciento (77%) este año. Este aumento sugiere un alza en las precipitaciones pluviales respecto al mismo periodo del año anterior, aunque aún se sitúa por debajo del promedio de los últimos cinco años, que es del ochenta punto seis por ciento (80.6%).
A continuación, un meticuloso análisis de las cifras actuales comparadas con el promedio de los últimos cinco años, se revelan tanto desafíos como logros significativos en la gestión de estos recursos hídricos.
En la región Noroeste, la situación es variada. La presa Aguamilpa Solidaridad en Nayarit muestra una disminución del 8.2% en su almacenamiento respecto al promedio de los últimos cinco años, situándose actualmente en un 65.0%, lo que equivale a 3,781.41 hectómetros cúbicos (hm³).
En contraste, Sonora, la situación es aún más crítica, con la presa Abelardo Rodríguez Luján completamente vacía, reflejando un descenso del 3.4% respecto a su ya bajo promedio histórico.
La región Noreste destaca por algunos avances notables. La presa San Miguel en Coahuila supera su promedio quinquenal con un almacenamiento actual del 94.0%, equivalente a 19.98 hm³, lo que representa un incremento del 10.1%.
Sin embargo, no todas las presas comparten esta suerte; por ejemplo, la presa El Tintero en Chihuahua, registra solo un 12.0% de su capacidad, 40.8% por debajo de su promedio.
En la región Centro-Occidente, Aguascalientes presenta la presa Der. Jocoqui (Jocoque) con un almacenamiento actual del 87.0%, solo 9.8% menos que su promedio, demostrando una notable resiliencia.
Por otro lado, la presa Plutarco Elías Calles enfrenta una marcada disminución, almacenando solo el 12.0% de su capacidad, 33.4% por debajo de su promedio de los últimos cinco años.
En la región Centro, especialmente en Guerrero, la presa La Calera se destaca positivamente, operando al 113.0% de su capacidad, lo que significa un incremento del 13.0% sobre su promedio. No obstante, la región también enfrenta desafíos, como muestra la presa Vicente Guerrero, cuyo nivel actual representa una disminución del 17.6% respecto a su promedio.
La región Sur-Sureste presenta también altibajos en el almacenamiento. Chiapas y Oaxaca muestran una diversidad en el manejo de sus recursos hídricos. La presa Dr. Belisario Domínguez (La Angostura) en Chiapas, registra un almacenamiento del 48.0%, 21.4% menos que su promedio.
En contraste, la presa Pdte. Alemán (Papalóapan) en Oaxaca, mantiene su almacenamiento prácticamente igual al promedio de los últimos cinco años, con un 68.0%.
Aunque algunas regiones muestran mejoras significativas o estabilidad en sus niveles de almacenamiento, otras enfrentan retos importantes que requieren atención urgente. La variabilidad en el almacenamiento resalta la necesidad de estrategias de conservación y uso eficiente del agua, cruciales para asegurar la sostenibilidad del sector agrícola en el país. Para más información mira el reporte completo: Boletín informativo de almacenamiento en presas de uso agrícola
Informe especial: Evaluación de la vulnerabilidad en las zonas agrícolas de México ante la escasez de agua
Adicionalmente, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) ha publicado un informe crucial al cierre de diciembre, arrojando luz sobre la situación actual de vulnerabilidad en las áreas agrícolas del país, directamente ligada a la disponibilidad de agua en presas destinadas al riego agrícola.
A nivel nacional, se reporta que 1 millón 026 mil 177 hectáreas siguen en espera de ser cosechadas en zonas de riego, un reflejo palpable de la tensión entre las necesidades agrícolas y los recursos hídricos disponibles. Este dato no solo subraya la magnitud del desafío, sino que también sirve como un llamado a la acción para las políticas de gestión del agua y el desarrollo rural.
En el espectro de la vulnerabilidad, el estado de Sonora emerge como la zona más afectada, con 10,777 ha aún pendientes de cosecha, evidenciando la presión extrema sobre sus recursos hídricos y la necesidad crítica de estrategias de mitigación.
Las áreas de vulnerabilidad media, identificadas en los estados de Chihuahua, Durango, Michoacán, Sonora y Tamaulipas, suman un total de 387,303 ha. Los cultivos predominantes en estas regiones incluyen caña de azúcar, maíz grano, nuez, papa y trigo grano, todos vitales para la economía agrícola del país y su seguridad alimentaria.
Por otro lado, las zonas con vulnerabilidad baja, ubicadas en Jalisco, Estado de México, Michoacán, Sinaloa y nuevamente Sonora, abarcan 483,252 ha. Aquí, los cultivos de caña de azúcar, frijol, garbanzo grano, maíz grano y trigo grano predominan, mostrando una diversidad de producción que, si bien es robusta, no está exenta de los retos impuestos por la limitación del agua.
El informe concluye con la categoría de vulnerabilidad muy baja, que engloba al resto de los estados del país, indicando una distribución desigual de los desafíos hídricos a lo largo del territorio nacional. Mira el informe completo: Vulnerabilidad en áreas agrícolas en función de la disponibilidad de agua en presas de uso agrícola
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