La industria azucarera mexicana enfrenta una marcada disminución en sus exportaciones y producción, exacerbada por condiciones climáticas adversas y políticas comerciales internacionales. Según datos del Banco de México (Banxico), en febrero de 2024, el valor de las exportaciones de azúcar de caña, remolacha y sacarosa mexicana experimentó una significativa caída del 25.7% anual, situándose en 101 mil 390.9 millones de dólares, atribuida principalmente a una reducción en la producción ocasionada por severas sequías.
Esta tendencia de descenso en las exportaciones no es nueva. En el último año, el valor de las exportaciones de azúcar mexicana ha mostrado una profunda caída, con variaciones anuales que reflejan un deterioro continuo: -5.94% en febrero de 2023, un dramático -98.51% en octubre de 2023 y -25.73% en febrero de 2024.
La producción nacional también ha sufrido, con una previsión de alcanzar solo 4.7 millones de toneladas en el ciclo 2023/2024, lo que representa una caída del 9.1% en comparación con las 5.2 millones de toneladas del ciclo anterior, según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Al respecto, Jorge Pacheco, director general de Zafranet, destacó que “la producción de azúcar en México ha bajado por las sequías, lo que en consecuencia afecta a la exportación”.
La política interna también juega un papel crucial, dado que por mandato constitucional y legal, el abasto local debe ser la prioridad. Los excedentes, después de cubrir el consumo local y el Programa IMMEX, son los que se destinan a la exportación. Pacheco explica: “Entonces, si no se producen los suficientes excedentes no se puede cumplir con cuotas de exportación”.
En 2024, esta situación se ha agravado aún más, con productores de Estados Unidos solicitando a su gobierno que reduzca los cupos permitidos para la entrada de azúcar mexicana, aunque el consumo estadounidense se sostiene robusto con cerca de 12 millones de toneladas, con una producción de casi 9 millones.
Finalmente, para los industriales mexicanos puede resultar más rentable vender el producto internamente, como señaló Pacheco: “a los industriales mexicanos les conviene más vender el producto dentro del País, porque se paga un mayor precio”.
Este panorama desafiante subraya la interacción entre condiciones climáticas adversas, políticas de abastecimiento local y dinámicas comerciales internacionales, todo lo cual moldea de manera significativa el mercado azucarero en México.
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