El doctor Francisco Hernández Rosas, investigador del Colegio de Postgraduados, campus Córdoba, en Veracruz, precisó que el uso de biofertilizantes en el campo cañero crece día con día y a la fecha ya se aplica al menos en el 10 por ciento de la superficie cultivada con gramínea.
Entrevistado por este medio informativo, el investigador manifestó que los biofertilizantes son un complemento y representan un conjunto de micro organismos que, dependiendo de la composición del suelo, el trato y la disponibilidad de condiciones que les permitan sobrevivir, van a generar en mayor o menor grado un incremento en la producción de caña, hecho que no lo genera un fertilizante químico.
“La parte biológica que inducen los microorganismos en los biofertilizantes eso hace”.
“Se integran a la esfera del suelo y empiezan a diluir el fósforo, asimilan este nitrógeno y otros nutrientes, entonces se los entrega en charola de plata a las raíces”.
“Además el biofertilizante ayuda a un mejor enraizamiento a través de lo que se llama pelos absorbentes y permite una mejor asimilación”.
“No hay un frente de uso de estos biofertilizantes en forma generalizada, pero hemos visto en otros ingenios, inclusive fuera de Veracruz que la superficie donde se aplica rebasa las 10 mil hectáreas, es decir, productos biológicos desarrollados por nosotros”.
Dijo que no era posible tener un dato concreto sobre cuantas hectáreas ya reciben el biofertilizante en sus cultivos.
“Al menos en el estado de Veracruz en un 5 y 10 por ciento de la tierra sembrada de caña de azúcar ya se aplica el biofertilizante”.
“Aparentemente es poco pero si hablamos que en Veracruz se siembran 400 mil toneladas de caña de azúcar entonces podemos determinar que es una cifra elevada”.
“Equivale más o menos a la tierra sembrada de caña del ingenio El Potrero”.
Indicó que en el cultivo de la caña de azúcar son dos insectos los que se combaten: el barrenador y la mosca pinta.
Precisó que cada vez es mayor la vinculación entre el Colegio de Postgraduados, la industria azucarera, técnicos y productores.
“Es de esta forma en que se puede retroalimentar la investigación, a través de compartir experiencias entre los sectores involucrados”.