Tras enfrentar adversidades derivadas de una reciente sequía que mermó la producción de caña, la inquietud brota entre los cañicultores mexicanos ante una potencial disminución en el diferencial que les corresponde, según señalan, por parte de sus representantes nacionales y autoridades gubernamentales.
En los próximos días, los miembros del Comité Nacional, compuesto por representantes gubernamentales, industriales y cañicultores, se congregarán para discutir y firmar un acuerdo respecto al pago del diferencial.
Conforme a la legislación vigente y respaldados por los resultados prometedores de la zafra 2022-2023, las expectativas económicas, aun siendo conservadoras, superan con creces a las de zafras anteriores.
El diferencial, que ajusta el precio por tonelada de caña al cierre del ciclo azucarero, se calcula tomando en cuenta las fluctuaciones del mercado tanto nacional como internacional, entre otros factores relevantes. Este diferencial es esperado con ansias por los productores, ya que constituye un ingreso extra con el que pueden hacer frente a sus gastos al finalizar cada año.
Dentro de las organizaciones cañeras, tanto del sector social como privado, el “diferencial” es considerado un elemento sagrado, un derecho irrefutable que no admite descuentos. Sin embargo, ha circulado la versión de que ahora se busca llegar a un acuerdo para pagar un monto menor al productor cañero, lo que ha encendido las alarmas entre la comunidad.
Adicionalmente, ha trascendido una lista detallando el diferencial asignado a cada Ingenio Azucarero del país, basado en su respectivo indicador KARBE, lo que añade un nuevo matiz a las conversaciones que están por darse.
De Amanecer Huasteco