El desabastecimiento de combustible ha sacudido a los argentinos en los últimos tiempos, llevando a la nación a depender de importaciones costosas. Sin embargo, una alternativa viable se encuentra en el bioetanol, un combustible limpio producido localmente en provincias como Jujuy, Salta y Tucumán.
El bioetanol, un alcohol etílico de alta pureza, no solo es anticorrosivo y oxigenante, sino que también puede mezclarse con naftas en diversas proporciones. Jorge Feijóo, presidente del Centro Azucarero Argentino, recalca su importancia en una conversación con El Tribuno de Jujuy: “La capacidad de refinación de hidrocarburos del país está en su límite de producción y el consumo del combustible en el país continua creciendo, el consumo de nafta del 2022 respecto al 2021 creció un 21% y este año se estima que el crecimiento sería de un 7% más”.
En Argentina, todas las naftas contienen bioetanol, con una proporción del 12%. “Aquí se usan un 12% de bioetanol, ya sea el que se hace con caña de azúcar y de maíz menos el gasoil, porque ese se mezcla con biodiesel, que es un biocombustible que se trabaja a partir de la soja”, señala Feijóo. Este hecho destaca aún más la relevancia de las provincias productoras de bioetanol, incluyendo a Jujuy, Salta, Tucumán, Córdoba y Santa Fe.
El empresario Feijóo no solo ve al bioetanol como una solución al desabastecimiento, sino también como un medio para combatir el cambio climático. “Este sector con el bioetanol le aporta al transporte una reducción significativa, porque tiene emisiones que son del 74% inferiores en contaminación a las de los combustibles fósiles”, afirma. Además, resalta que el bioetanol está ganando relevancia en la industria de aviación, siendo parte integral de la estrategia de la International Air Transport Association (IATA) para aumentar el uso de combustibles sostenibles.
Ledesma, una de las empresas clave en el sector, utiliza melaza, un subproducto del proceso de elaboración del azúcar, para producir alcohol etílico o etanol. A través de procesos de fermentación y destilación, generan un alcohol que se utiliza en diversas industrias y que, posteriormente, puede transformarse en bioetanol. Esta transición al bioetanol ofrece beneficios medioambientales sustanciales, reduciendo la contaminación y los gases de efecto invernadero.
Con la crisis del desabastecimiento de combustible en el horizonte, el bioetanol se perfila como una solución sostenible y local que no solo beneficia al medio ambiente, sino también a la economía nacional.
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