La agrupación Mercados Unidos, que representa a 57 mercados del departamento de Guatemala, ha solicitado la intervención del Ministerio de Economía y del presidente Bernardo Arévalo para frenar la escalada de precios en las hortalizas. Según los vendedores de la capital, productos como el tomate, el pepino y el güicoy han experimentado un aumento de más del 60% en los últimos 20 días, algo sin precedentes en la historia reciente.
Julio Rivas, portavoz de Mercados Unidos, atribuye este incremento al cambio climático, destacando que las fluctuaciones entre calor y lluvia han afectado la producción. “Del calor a la lluvia, ha repercutido en los productos que consumen los guatemaltecos”, explicó Rivas. Además, subraya que el aumento actual es desmedido, alcanzando el 60 o 70% en productos como el tomate, el güicoy, el pepino y el chile pimiento.
La situación no se limita solo a las hortalizas. “El pollo y la carne ya subieron de precio también”, comentó Rivas, añadiendo que, aunque los productos suelen encarecerse en temporadas de lluvia, “nunca como en este 2024”. Los vendedores están apenas logrando mantener a sus clientes, sin obtener ganancias significativas. “Los compañeros están trabajando para mantener nada más al cliente, pero ganancia no hay, si mucho un quetzal y eso no ayuda a las familias que laboran en los mercados”, dijo Rivas.
Otro posible factor detrás del alza de precios es el acaparamiento de productos. “Consideramos que puede existir un acaparamiento de alguien. Puede ser y por eso es por lo que se elevan los precios para el sector de mercados, pero para el sector empresarial no”, señaló Rivas, sin especificar de qué sector provendría este acaparamiento. Destacó que es responsabilidad del Ministerio de Economía, la Diaco y el Maga investigar esta situación.
La problemática también se extiende a las infraestructuras. Las malas condiciones de las carreteras agravan la distribución, encareciendo aún más los productos. “No es culpa del Gobierno actual. Es una situación de gobiernos anteriores, pero sin duda que eso está afectando en la distribución de los productos”, comentó Rivas. La demora en el transporte y los costos adicionales que imponen los camioneros repercuten en los precios finales.
En el contexto de los supermercados, Rivas sugirió que podrían estar abaratando productos para atraer más clientes, aunque aclaró que esto es solo un análisis y no una certeza. Por último, instó al presidente y su gabinete a encontrar mecanismos para abordar esta crisis.
Desde la perspectiva de los productores, Julio Siquiná, miembro de la asociación de agricultores La Llave de Almolonga, Quetzaltenango, aseguró que el incremento no se originó en el campo. “En marzo, abril y mayo no hubo lluvia. Había poca agua. Los agricultores pasamos penas para el riego de los productos, para que los cultivos estuvieran a tiempo en los mercados”, explicó Siquiná, señalando que las condiciones climáticas complicaron la cosecha.
En junio, las intensas lluvias dañaron los cultivos, pero los productores no aumentaron los precios. “El problema ha sido las condiciones del clima lo que ha hecho, quizás, que haya menos producto en el mercado y eso lo encarece”, opinó Siquiná. Pese a los desafíos, los precios en el campo se mantuvieron estables.
Siquiná subrayó que la escasez de productos debido a los daños por lluvias es lo que ha provocado el alza en los precios. “No es que se haya subido el precio, sino que el mismo mercado fue el que provocó el alza, porque hay escasez”, manifestó. La producción reducida y los problemas de humedad en los productos distribuidos han exacerbado la situación.
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