• dom. Nov 24th, 2024

EE.UU. encamina su sistema eléctrico a mínimos históricos en el uso de carbón

En una transformación energética sin precedentes en Estados Unidos, las empresas de servicios públicos se encaminan a marcar un hito histórico en la reducción del uso del carbón para la generación de electricidad. Este cambio, impulsado por el fin de la temporada de alta demanda por calefacción y el auge en la producción de energías renovables, como la solar y eólica, está llevando a la participación del carbón en la matriz energética nacional a sus niveles más bajos registrados.

Durante el primer trimestre de 2024, el carbón apenas representó el 16% de la generación de energía en el país, una disminución significativa en comparación con el 17% del año anterior y el 24,3% del mismo período en 2021, según los datos recopilados por LSEG. No obstante, a partir del 1 de marzo, esta cifra ha disminuido aún más, situándose en un 12,6%, el nivel más bajo desde 2021 y posiblemente el más bajo en la historia de Estados Unidos.

Este descenso se pronostica que continúe en las próximas semanas, posiblemente cayendo por debajo del 10%, a medida que la demanda de calefacción disminuye con la llegada de la primavera y la generación de energía a partir de fuentes renovables aumenta. Este sería un logro significativo para los defensores del medio ambiente y el clima, quienes han abogado por una transición hacia fuentes de energía menos contaminantes y más sostenibles, especialmente en regiones del país donde abundan.

Aunque se anticipa que el uso del carbón podría experimentar un repunte temporal durante los meses de verano debido al incremento en la demanda de energía por el uso de acondicionadores de aire, la tendencia hacia una participación de un solo dígito en la generación de energía de carbón este año indica un posible camino hacia la eliminación total de este combustible en el sistema eléctrico estadounidense en un futuro no muy lejano.

Principales consumidores del carbón

En el panorama energético de Estados Unidos, el carbón sigue siendo un protagonista significativo, ubicando al país como el tercer mayor consumidor de este recurso a nivel mundial, detrás de gigantes como China e India. En 2023, la quema de carbón para la generación de electricidad liberó aproximadamente 640 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, según datos del grupo de expertos en energía Ember, destacando el desafío continuo que enfrenta la nación en su transición hacia fuentes de energía más limpias.

La vasta red eléctrica de Estados Unidos, compuesta por más de 3.000 empresas de servicios públicos, suministra electricidad a más de 140 millones de clientes. La Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos resalta la diversidad en la mezcla de fuentes de energía utilizadas por estas empresas, con variaciones significativas entre los estados. Mientras que Vermont y el estado de Washington se inclinan fuertemente hacia las energías renovables, con más del 75% de su electricidad proveniente de fuentes limpias, otros estados como Kentucky, Virginia Occidental y Delaware dependen en gran medida del carbón, con menos del 10% de su energía proveniente de fuentes renovables.

La dependencia del carbón varía considerablemente entre los estados, con siete de ellos: Nebraska, Indiana, Dakota del Norte, Missouri, Wyoming, Kentucky y Virginia Occidental, generando más del 50% de su electricidad a partir de este combustible fósil. 

Las empresas de servicios públicos, muchas de las cuales operan en múltiples estados, son cruciales para entender y abordar el impacto ambiental del sector energético. Organizaciones como la Western Area Power Administration (WAPA) y la Associated Electric Cooperative (AEC) se destacan por su alta dependencia del carbón, con intensidades de carbono que reflejan el desafío de desplazar el carbón por alternativas más limpias en su mix energético.

Por ejemplo, en 2023, el sistema de WAPA registró una intensidad de carbono de 725 gramos de CO2 por kilovatio-hora, siendo uno de los más altos en el país. En contraste, el Operador Independiente del Sistema de California (CAISO) ejemplifica el potencial de una red eléctrica más limpia, con una intensidad de carbono de solo 240 g de CO2/KWh gracias a su dependencia casi nula del carbón y una fuerte inversión en energías renovables.

Oportunidades para la reducción del uso de carbón

A pesar de que el carbón sigue siendo un pilar en la producción de energía de importantes sistemas como los de WAPA, AEC y PE en Estados Unidos, un notable cambio está en marcha hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. Este giro hacia la diversificación energética refleja un compromiso creciente con la reducción de la dependencia del carbón, evidenciado por el incremento significativo en la adopción de energías renovables y gas natural en los últimos años.

En 2023, la Western Area Power Administration (WAPA) reportó que casi un tercio de su electricidad se generó a partir de energía hidroeléctrica y eólica, mientras que el gas natural contribuyó con un adicional 8%. Esta tendencia hacia una mezcla energética más verde sugiere una ventana de oportunidad para disminuir el uso de carbón, especialmente después de la temporada de invierno, cuando la demanda de calefacción disminuye, permitiendo así una mayor flexibilidad para incorporar energías más limpias en su producción.

De forma similar, el sistema Pacificorp East (PE) en Wyoming y Utah demostró una notable apertura hacia la sostenibilidad, con casi el 25% de su electricidad derivada de fuentes renovables en 2023, y un 22% adicional proveniente del gas. Esta configuración energética prepara el terreno para un posible aumento en el uso de estas fuentes alternativas en los meses venideros, ofreciendo un reemplazo viable para el carbón.

Por otro lado, el sistema AEC en Missouri, con una fuerte dependencia del carbón, produjo menos del 12% de su electricidad a partir de fuentes renovables en 2023, señalando un menor respaldo de energía limpia para una transición rápida. No obstante, el notable 41% de generación a partir de gas natural ilustra otra vía por la cual esta entidad podría mitigar su dependencia del carbón, especialmente durante los periodos de baja demanda de calefacción, contribuyendo así a una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Aunque no todas las empresas de servicios públicos en Estados Unidos están en posición de hacer recortes drásticos en el uso de carbón sin comprometer el suministro eléctrico, muchas de ellas, especialmente en regiones altamente dependientes de este recurso, están estratégicamente situadas para aprovechar la baja demanda estacional y avanzar hacia los objetivos nacionales de reducción de emisiones.

De: Reuters

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