• vie. Nov 22nd, 2024

Diez barreras críticas que obstaculizan la transición de México hacia la energía limpia

En un esfuerzo por combatir el cambio climático y adherirse a sus compromisos ambientales, México, uno de los 15 mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial, está trazando un nuevo camino en su política energética. La Secretaría de Energía (Sener) ha actualizado su Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios, publicada en el Diario Oficial de la Federación, marcando un hito en la historia energética del país.  

Esta estrategia, que dicta las directrices a seguir hasta 2037, apunta a que será en 2027 cuando México esté adecuadamente equipado para aumentar significativamente la generación de energía eléctrica a partir de fuentes limpias. Es un proyecto ambicioso, que busca transformar la capacidad de generación eléctrica del país hacia sistemas más amigables con el medio ambiente.  

El Programa Indicativo para la Instalación y Retiro de Centrales Eléctricas (PIIRCE) juega un papel crucial en esta transición. Entre 2023 y 2026, se prevé instalar una infraestructura de 8,858 megavatios (MW), combinando tecnologías limpias y convencionales. Esto es esencial para evitar cortes de energía, especialmente en las penínsulas del país, y para mantener la eficiencia y sostenibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).  

Sin embargo, las energías convencionales, como turbogás, combustión interna y ciclos combinados, seguirán dominando, generando un 84.6% de los MW requeridos. Las energías limpias representarán sólo el 15.4% durante este periodo. Estos números resaltan la gradualidad de la transición hacia un modelo energético más verde.  

El informe advierte que durante los próximos dos años, México se centrará en proyectos con contrato de interconexión y aquellos calificados como estratégicos, según el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024. No será hasta 2027 cuando las autoridades mexicanas comiencen a integrar más plenamente las energías limpias en el SEN.  

A pesar de estos esfuerzos, México enfrenta desafíos significativos en su camino hacia la adopción de energías renovables. Según el Energy Transition Index (ETI) del Foro Económico Mundial (WEF), México cumple solo con el 54.1% de las metas establecidas en la lucha contra el cambio climático, ubicándose por debajo de la media mundial.  

El Centro de Control de Energía identifica diez barreras principales para la implementación de energías verdes en México:

1.- Viabilidad de uso del recurso: Las fuentes de energía renovables dependen de la disponibilidad de recursos que varía a lo largo del día y de las temporadas. Bajo este esquema es difícil modelar un sistema que sea capaz de cubrir las necesidades energéticas del país.

2.- Diseño de infraestructura: El sistema energético no está habilitado para facilitar la integración de las tecnologías de energías limpias con el sistema establecido en la actualidad. Las nuevas tecnologías suelen chocar entre sí, según la actualización. 

3.- Factor de planta bajo: El factor de planta es una medida de la eficiencia de una central eléctrica. Se define como la relación entre la energía generada por la central durante un período determinado y la energía que podría haber generado si hubiera trabajado a plena carga durante ese mismo período. Las tecnologías renovables, como la energía solar y la eólica, tienen un factor de planta bajo en comparación con las tecnologías convencionales, como las centrales térmicas. Esto se debe a que las tecnologías renovables están sujetas a las condiciones climáticas, que pueden variar a lo largo del día y de las temporadas. 

4.- Conexión a la red eléctrica: Derivado de las condiciones de variabilidad y la necesidad de asegurar la confiabilidad de entrega del recurso eléctrico, en su estado actual, las fuentes de energía renovables no pueden asegurar el abastecimiento sin involucrar un sistema de almacenamiento.  

5.- Transmisión y distribución de energía: La capacidad de transmisión requiere inversiones constantes en rehabilitación, junto con innovación tecnológica para el establecimiento de redes inteligentes.  

6.- Retos económicos: Las energías limpias presentan un alto costo inicial asociado a su infraestructura y maquinaria. Requieren de una inversión adicional para compensar la intermitencia. Es necesario encontrar un equilibrio entre eficiencia y precio.  

7.- Medio ambiente: Es vital tener en cuenta las materias primas involucradas en las fuentes de energía limpia. “tanto cuando se fabrican, como en los efectos en la proveeduría y cuando termina su vida útil”.  

8.- Factor social y uso de terreno: La instalación de su infraestructura solar o eólica, por ejemplo, afecta a los habitantes de las zonas y terrenos circundantes. “También hay que incluir el impacto visual de este tipo de tecnologías, así como, considerar los aspectos: social, cultural y de comportamiento, tradiciones y dispersión de la población”, dicta el informe.  

9.- Política legal y regulatoria: “Sin nuevas políticas ambientales, legales y fiscales que incentiven a las compañías a reemplazar tecnologías antiguas por limpias, el ‘choque de intereses’ provoca el retraso en el desarrollo de nuevas fuentes de energías”  

10.- Capital Humano: La carencia de instituciones profesionales y capacidad institucional limitada para formar profesionistas con las capacidades necesarias para abordar la transición es una problemática.

De: WIRED

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