En los primeros 70 días de la temporada de zafra 2023-2024, el sector cañero del sur de Quintana Roo enfrenta desafíos significativos, acumulando un déficit de cerca de 100 mil toneladas de caña de azúcar, lo que representa un descenso de casi el 25% en el rendimiento de la cosecha, según reportes de Novedades Quintana Roo y Diario Cambio 22.
Al respecto, Benjamín Gutiérrez Reyes, presidente de la Asociación de Productores Cañeros del Sur de Quintana Roo y dirigente de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR), ha expresado su preocupación por esta situación. Según Gutiérrez Reyes, la actividad agrícola en la región ha sido severamente afectada desde el comienzo de la construcción del tramo 7 del Tren Maya, principalmente debido a la escasez de trabajadores.
“Un jornalero va a preferir trabajar para el Gobierno federal porque pagan un poco más y ofrecen algunas prestaciones extras”, explicó Gutiérrez Reyes. La falta de mano de obra ha llevado a los productores a intentar elevar los sueldos para ser competitivos, pero esto no ha sido suficiente para atraer a los trabajadores necesarios.
Además, los productores han enfrentado dificultades para adoptar tecnologías más avanzadas en el campo debido a su elevado costo, exacerbado por la situación económica difícil provocada por la pandemia del Covid-19. Muchos han caído en morosidad, lo que ha impedido la aprobación de créditos para modernizar sus operaciones.
La contratación de inmigrantes extranjeros para trabajar en los campos no ha rendido los frutos esperados, ya que muchos de estos trabajadores no han sido tan eficientes como la mano de obra local y tienden a ser más volátiles, dejando sus puestos en la primera oportunidad para viajar a Estados Unidos.
Adicionalmente, los frentes fríos han tenido un impacto negativo en el desarrollo del cultivo de caña de azúcar, contribuyendo a los retrasos en la cosecha. “Por este motivo apenas llevamos 335 mil toneladas de caña cosechadas, cuando lo estimado era llegar a las 450 mil en estos poco más de dos meses de la zafra 2023-2024”, lamentó Gutiérrez Reyes. La preocupación aumenta al considerar que no alcanzar la meta de producción de un millón 960 mil toneladas podría tener consecuencias significativas para el sector.
Para enfrentar estos desafíos, los productores están trabajando a marchas forzadas, con aproximadamente 1,300 cortadores de los 3,500 que se necesitan, 400 camiones, 70 alzadoras y 25 tractores. Sin embargo, si las condiciones no mejoran, se teme que la cosecha pueda extenderse hasta mediados de junio, como ha ocurrido en años anteriores debido a las lluvias y los frentes fríos.
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