En 2023, México logró un hito económico significativo al frenar la ola inflacionaria y acercarse a la meta establecida por el banco central: 3.0% +/- un punto porcentual. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de inflación interanual se ubicó en 4.66% al cierre del año, un indicativo claro de la desaceleración económica.
La clave de este logro radica en el control sobre el incremento de precios en sectores cruciales. Los energéticos y los alimentos procesados, junto con los productos agropecuarios, han mostrado una mayor estabilidad, lo que se refleja directamente en la inflación general.
En detalle, el año 2023 fue testigo de variaciones notables en los precios de ciertos alimentos. Los más afectados por la inflación fueron: Cebolla, con un aumento del 82.24%, Chile poblano, con el 62.87%, Tomate verde, con el 57.09%, Zanahoria, con el 49.99%, Azúcar, con el 40.25%.
En esta tendencia ascendente también se observó en productos como la papaya, nopales, chayote, frijol, ejotes, limón, piña, guayaba, plátano y galletas saladas, todos registrando inflaciones acumuladas de doble dígito.
Por otro lado, algunos alimentos experimentaron una disminución en sus precios. El Chile serrano lideró esta lista con una caída del 53.47%, seguido de la sandía, lechugas y col, pierna de cerdo, pulpa de cerdo, manzana, pera, camarón, vísceras de res, pescado, vísceras de cerdo, chuleta de cerdo, tocino, lomo de cerdo y pepino.
Este comportamiento en los precios de los alimentos, especialmente los agropecuarios, se atribuye a factores externos como el clima, la distribución y las temporadas de cosecha, que inducen fluctuaciones pronunciadas.
En el contexto más amplio de la economía, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, que incluye elementos esenciales como alimentos, vestimenta, vivienda, servicios públicos y productos de salud, cerró el año con una inflación acumulada de 4.30%. Este resultado representa una mejora significativa en comparación con el cierre del año anterior, que fue del 8.54%.
La desaceleración de la inflación en 2023, especialmente en los productos de alta incidencia en el INPC y de alto consumo entre los mexicanos, marca un cambio positivo hacia la estabilización de los niveles de precios, un alivio bienvenido para la economía del país.
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