Iberdrola registró un crecimiento interanual de 42% en su capacidad instalada renovable en México en 2020, a 1,222 MW.
A nivel mundial, Iberdrola es un líder energético, el primer productor eólico y una de las mayores compañías eléctricas por capitalización bursátil del mundo.
La empresa suministra energía a cerca de 100 millones de personas de decenas de países, tiene una plantilla de más de 37,000 empleados y dispone de unos activos superiores a 122,000 millones de euros1
En México, la capacidad instalada propia de Iberdrola fue de 3,527 MW en 2020, lo que representó un aumento de 11.9% anual.
También en este país la producción neta propia de la compañía avanzó 37.4%, a 18,138 MW.
Después de invertir 486 millones de euros en 2019, las inversiones de Iberdrola en 2020 fueron por un total de 449 millones de euros.
En cuanto a su capacidad instalada para terceros, esta fue 7,146 MW en el año pasado, un aumento de 12% interanual, mientras que este mismo indicador pero limitado a energía renovable fue de 103 MW, el mismo nivel que en 2019.
Iberdrola
En noviembre de 2020, la empresa presentó el plan de inversión más ambicioso de su historia, dotado con 75.000 millones de euros hasta 2025.
El 51 % de este importe se dedicará al impulso de las energías limpias con el objetivo de duplicar la potencia renovable del grupo en solo cinco años, alcanzando los 60,000 MW al final del periodo.
Las redes eléctricas, columna vertebral de la transición ecológica, serán el segundo gran destino de la inversión, con 40% del total, para multiplicar su base de activos de red por 1.5 veces.
El restante 9% se invertirá en nuevos productos y servicios que den respuesta a las necesidades de sus clientes en un contexto de aceleración en la electrificación de los usos energéticos con una mayor digitalización.
Asimismo, el plan afianzará además la internacionalización del grupo: a las inversiones orgánicas en todos sus mercados se unen las integraciones de PNM Resources en los Estados Unidos, Aalto Power en Francia, CEB-D en Brasil, e Infigen, en Australia, y la entrada en nuevos países como Suecia, Japón y Polonia a través de la adquisición de cartera eólica marina.